Entrevista a Jesus Sanz. Arzobispode Oviedo

Leer y comentar la entrevista publicada hoy en El Comercio.

¿Que os llama la atención de lo que manifiesta?

¿Os parece una persona que esta alejada de la realidad?

 

Algo ha cambiado en Jesús Sanz Montes (Madrid, 1955) en los últimos meses. El arzobispo de Oviedo ha descubierto en el Gobierno del Principado un aliado y quiere que se sepa. El líder de la Iglesia asturiana hace balance de un año que no ha logrado cambiar, sin embargo, uno de sus rasgos más característicos: su tendencia a decir lo que piensa. «Una herencia de familia y formación», dice, que le lleva a opinar sobre una crisis «cuyos culpables son los especuladores», y que no es solo económica, «sino también moral», o sobre la educación diferenciada por sexos, que, alega, «no es excluyente». A «no tener constancia» de que el Gobierno de Mariano Rajoy ultime una ley educativa que fortalezca la Religión en las aulas o a cargar contra «la ideología de género, que aborta la vida en el seno de la madre en aras del derecho feminista a jugar a ser Dios», contra «la Ley Aído, una licencia para matar». Y lo mismo lamenta las cifras de parados que reniega del pago del IBI o que recomienda a los indignados y a los mineros que «cesen en su violencia» con las redes sociales como altavoz hacia la grey.

-Aconseja a los poderes fácticos «pensárselo dos veces antes de acometer recortes sociales». Sin mucho éxito.

-Es que nuestra propuesta no acaba en el dinerillo, en el bocadillo. Cabe también una visión más amplia. ¿Por qué los cristianos tenemos esta postura crítica ante determinados mercados, poderes, políticas? No somos un sindicato, un partido o una empresa más que litiga, echa pulsos y forcejea. No. Es que tenemos un Evangelio y una tradición. Poniéndote de parte del más débil aparece una manera concreta de ver la vida.

-Se declaran «desbordados» ante tanta necesidad.

-Hay una inmensidad de familias llamando a nuestras puertas en busca de ayuda. Y no es el típico pobre, el típico mendigo, el típico transeúnte. Normalmente, hacían cola los habituales, pero este tipo de pobreza nueva no la conocíamos. Y lo que te piden no es un crédito para comprar un tercer coche, una segunda vivienda o unas vacaciones exóticas, sino que te piden dinero para poder comer, pagar una farmacia, salir de una enfermedad. Para cuestiones básicas en las que te juegas la dignidad de la vida.

-Frente a todos esos dramas, habla de un «festival de la insolidaridad y la hipocresía, con una gama de comediantes». ¿Políticos, banqueros?

-Yo jamás hablo de nombres ni de siglas. Los nombres y las siglas los suelen poner los afectados. Si yo doy un paso más, estoy haciendo una especie de acusación directa, pero en la situación en la que estamos, hay comediantes. Personas que están utilizando sus dineros y sus responsabilidades para cosas bien distintas de las que nos están contando, que te cuentan milongas que no tienen nada que ver con sus razones inconfesables.

-Señaló incluso a Iñaki Urdangarin.
-Yo dije lo que ha dicho todo el mundo, incluido Su Majestad el Rey. Cuando alguien ha cometido un delito, en un Estado de Derecho todos somos iguales. No descubrí el Mediterráneo.

-También calentó las elecciones con una carta que algunos interpretaron como su respaldo a Foro y PP.
-Cuando hablo de valores como la vida, no me posiciono ni en contra ni a favor de nadie. Yo estoy a favor de la vida y la libertad. Quien tenga problemas con ellas, tendrá problemas con los que las defendemos.

-Defendió al obispo de Alcalá, que cargó contra el «lobby gay». ¿La aprobación del matrimonio homosexual ha sido una mala noticia?
-Nunca. Nunca hemos tenido una animadversión, una beligerancia contra los llamados gays. Lo que decimos es que no es de recibo llamar matrimonio a una unión entre personas del mismo sexo. En cuanto al término «lobby», es una expresión inglesa para hablar de un grupo que está organizado. No estamos ante una opinión particular ni espontánea, sino colectiva y organizada. Nuestra postura no cambia porque nos estén presionado. En esta y otras cosas no hemos cedido. Y no ceder no significa ser intolerante. Es mantener nuestra posición.

-Y, por ello, fue declarado «persona non grata» por Carreño.
-Es curioso que a veces a mí se me tilda, se me etiqueta, se me insulta, se me excluye por estas personas que reclaman tolerancia. Esto ha sucedido en Asturias y sin haber leído mi carta. Lo que decían que yo dije no era verdad. Y lo mínimo que tú pides en una confrontación es que, al menos, hayan escuchado tu postura, y luego debatimos. Y mira que lo que escribo cada semana cabe en un folio. No es que escriba veinte tomos. Me parece que eso da un poco el nivel de quien te pretende hacer daño, pero aquí no hiere quien quiere, sino quien puede.

-Usted tampoco se quedó corto a la muerte de Carrillo, críticas que no hizo cuando falleció otro histórico tan polémico como Fraga.
-En el caso de don Manuel Fraga, era un cristiano con sus dificultades, sus incoherencias, su recorrido, que en todo momento quiso ser hijo de Dios e hijo de la Iglesia y que cometió errores como los cometemos todos. En el caso de don Santiago Carrillo, no era un cristiano. Él no se consideraba ni hijo de Dios ni hijo de la Iglesia. Y luego tenía esta cuestión no resuelta que es Paracuellos y aquellas matanzas tan terribles. Yo simplemente dije algo tan concreto y, a mi modo de ver, tan piadoso como que una persona que quizá no tuvo misericordia se encontraría con un Dios que es misericordioso. Yo deseo que descanse en paz. Es decir: yo no le mandé al infierno, sino todo lo contrario. Que descanse en paz. Y que reciba la ayuda de aquellos que por él fueron mártires de Cristo. ¿Dónde está el problema?

-Con el que no ha tenido choques ha sido con el Gobierno regional.
-Las relaciones con el Gobierno de don Javier Fernández, desde el primer momento, son las correctas. Cuando me encontré con él, ocurrió una cosa muy agradable y es que quizá él tenía de mí y yo tenía de él una idea más pegada al personaje, que no a la persona. Cuando hemos puesto a la persona por delante del personaje, hemos podido hablar y entendernos. Mis encuentros con él han sido siempre no sólo respetuosos, sino gozosos, profundos y agradables. Con una persona culta y seria en la cosa pública, hay una buena relación y llena de respeto. Yo, al menos, estoy contento, como creo que ellos también están contentos con nosotros.

-El Papa, que también ha sentado cátedra sobre la mula y el buey y usted los ha puesto en su Belén.
-¡La de ríos de tinta de gente muy peripuesta que daba la impresión de que sabía de lo que hablaba! Pues no han leído ni una línea del libro del Papa, porque, si no, no hubieran tenido, con vergüenza torera, el valor de decir lo que han dicho. Es curioso. Es un mundo extraño en el que vivimos. El Papa concluye diciendo que la escenografía cristiana jamás prescindirá de la mula y el buey. Pues tú dedúceme de ahí que el Papa ha hecho un ERE en el portal de Belén para mandarlos al paro y que ellos han puesto un anuncio en prensa diciendo que tienen experiencia de 2012 años y que se ofrecen a trabajar en cualquier portal menos en el de Belén.

 

-Ahora Benedicto XVI tuitea y usted es fiel al MAC. ¿Un mundo extraño?

-Estamos en el siglo XXI que tiene como caracteristicas la inmediatez y la universalidad. ¿Por qué no vamos a utilizar estos recursos?. Pero no tengo los últimos modelos. Mi iPod esta descatalogadisimo y mi ordenador persoanl tiene 7 años y mientras siga funcionando, vale. Ese consumismo de querer estar a la ultima es poco cristiano.